sábado, 29 de noviembre de 2008

La princesa destronada... o el reinado compartido


Esa soy yo... pero no creáis, no me quejo.
Antes de nacer el peque, mi mami siempre estaba por mí, me hacía cosquillas en la barriga, me sacaba a dar paseos, me hacia fotos, me acariciaba la tripa... ahora lo sigue haciendo... pero menos. El bebé acapara toda su atención y en honor a la verdad tengo que admitir que Ethan es un torbellino de vitalidad que nos deja a todos exhaustos. Sin embargo me confieso también yo una enamorada de ese calvito ruidoso que ríe y ríe sin parar. Últimamente le ha dado por venir hasta mi cesto mientras estoy durmiendo. A veces me mira, ríe escandalosamente (él sabrá por qué) y se marcha caminando como yo, con las cuatro patas (sólo Ethan y yo andamos bien de la espalda, no sé por qué el resto de la familia se empeña en hacer equilibrios sólo con dos patas), otras veces me observa un momento, me mete los dedos en las orejas o me golpea la cabeza con su cosa azul (menos mal que suavecito) y sale riendo despavorido... cachorros humanos! son tan adorables...

No hay comentarios: